domingo, 31 de octubre de 2010

Let each one go where he may

Ben Rusell, 2009.

Retrato de dos hermanos que emprenden un viaje de regreso desde Paramarimbo, Surinam, hasta su nativa y alejada aldea. Este recorrido que hacen es el mismo que sus antepasados realizaron hace ya mas de 300 años para escapar de la esclavitud siendo colonia holandesa.

La caminata se realiza con una serie de planosecuencias que tienen una duración aproximadamente de más de 10 minutos cada uno, haciendo que este ejercicio documental no sea nada ligero y fácil de ver y analizar. Esta serie de secuencias son realizadas con steadicam siempre junto a ellos y su misma altura, dando así una especie de conexión con el viajero, sintiendo la misma pesadez pero en vez de sentirla físicamente en los pies y/o cuerpo, la sentimos en los ojos y en el ritmo en la que va avanzando el filme. El planosecuencia, es en movimiento cuando caminan los personajes y son casi coreográficos. La cámara parece volar. Lo son estáticos cuando vemos a los hermanos realizando alguna actividad de trabajo ya sea en la mina, cazando ó talando árboles.

El primer planosecuencia es una caminata larga de los dos personajes, solo hay sonido directo, pero no hay diálogos entre ellos (así seguirá siendo a lo largo del filme), llegan a la parada de un camión esté llega y se suben, podemos escuchar música popular tradicional del lugar. Por un momento hay una niña sentada que se da cuenta de la cámara y voltea a verla, esto desconcierta un poco al espectador pero no llega a molestar. Uno de los hermanos se baja y otro sigue el camino hasta llegar a un lugar mas urbano, parece ser el centro de la ciudad, el personaje esta en busca de algo o alguien. Se asoma al interior de una camioneta, trata de abrirla pero le es imposible y sigue con su andar.

La cámara se adentra lentamente por un camino natural, llegando a uno de granito y piedras, dejando ver el destino, una mina y en donde nuestros personajes trabajan llevando y trayendo piedras, la cámara se torna fija cuando llega el momento de lavar los instrumentos de trabajo, en donde el público siente una pesadez enorme al ver que por 11 minutos uno de los hermanos enjuaga en el agua una especie de tazón gigante hecho de metal.

Personalmente los planosecuencias que mas llamaron mi atención, son los que se realizaron en la pequeña canoa. El primero de estos es cuando llegan a un lago y vemos que están dispuestos a regresar a su aldea de origen y en una especie de mudanza, llevan en la canoa un colchón, un loro, ropa, electrodomésticos, y nos hace pensar ¿En donde se van a acomodar nuestros personajes?. a lo largo de esta secuencia solo vemos el paisaje selvático que nos rodea, el agua cristalina y por un momento descansamos como ellos de esta caminata al poner la cámara estáticamente viendo hacía el cielo azul y de repente sabemos que debemos seguir por el movimiento de cámara que nos hace mirar de nuevo el camino del río. El segundo y último planosecuencia, da pie al fin del documental al ver a estos dos hermanos juagando y disfrutando de la naturaleza, no se comunican verbalmente pero sabemos que están pensando lo mismo al verse a los ojos y sonreír.

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